Hambre real o hambre emocional, aprende a diferenciarlo

Si has empezado a leer es porque te has preguntado cuántas veces has comido sinsabor que estabas haciéndolo por ansiedad o porque sentías hambre real. Por eso si has llegado a plantearte esta cuestión es porque necesitas saber cómo diferenciar entre ambos para comer de forma consciente y saludable.

Factores que condicionan el hambre

Cuando hablamos de dietas no solo se trata de no ingerir más calorías de las que gastamos, sino que hay muchos más factores que condicionan este fenómeno como los siguientes que vamos a mencionar:

Las hormonas

El factor hormonal es uno de esos factores que influye en nuestro peso, aparte de ser imprescindibles, las hormonas se encargan de enviar señales al organismo y muchas son las que se encargan de la subida o bajada de peso.

De esta forma, cuando el cuerpo procesa, almacena y libera energía lo hace a través de las hormonas, y por lo tanto las sensaciones de tener hambre y saciedad están reguladas por ellas.  Por eso, tienen un papel importante y fundamental sobre el hambre.

Por esta razón mantener un buen peso y que sea equilibrado también va ligado a la necesidad de conservar un equilibro hormonal bueno. Entre las hormonas destacamos la leptina y la insulina como las que más afectan a nuestro cuerpo, estas se encargan de regular los niveles de grasa de equilibrio con mecanismo de saciedad-hambre, actividad metabólica y gasto-ahorro energético.

En cuanto a su funcionamiento, la insulina reduce los niveles de azúcar en sangre cuando ingerimos alimentos y estos niveles deben mantenerse bajos dado que si son altos peden ser tóxicos para nuestro organismo. Gracias a ellos, el hígado y los músculos pueden captar la glucosa que necesitan para transformarla en glucógeno, que son las reservas de energía. En el caso de que los depósitos estén llenos el páncreas produce insulina y hace que el hígado transforme esta glucosa en grasa.

La leptina es la hormona de la saciedad y está presente en los adipocitos, que cuando acumulamos grasa por el procedimiento que hemos explicado antes también aumenta el nivel de leptina lo que hace que estimule señales al hipotálamo y reduzca el apetito  y aumenta el gasto de engría de forma más rápida. Pero si sucede a la inversa, con niveles bajo de leptina, es cuando aparece la sensación de apetito y minimiza el gasto de energía.

Balance energético

Este factor es de lo más sencillo, si tomamos más calorías de las que gastamos engordaremos, y al revés. Por ello hay que tiene en cuenta las calorías que aporta cada alimento, ya que no son las mismas las de un cruasán que las de un calabacín.

La edad

Eso de que la edad no perdona, aquí tiene mucho que ver y es que se supone que a partir de los 40 años el metabolismo se ralentiza un 10%, con 50 en un 20% y a partir de los 60 se llega hasta un 30%. Es decir, comiendo lo mismo y siguiendo el mismo tipo de dieta será inevitable mantener un peso igual que una edad menor a las mencionadas.

Menopausia

Esta etapa es una de la que muchas mujeres se ven afectadas por sus efectos, y es que se produce una mayor acumulación de grasa que se suele ubicar en la zona abdominal debido al descenso de estrógenos. Aunque con la menopausia también se ven afectadas hormonas como la serotonina (desciende) o el cortisol (aumenta).

Entre las recomendaciones para esta etapa es importante realizar ejercicio físico de forma regular con lo que se mantendrá el metabolismo activo, y también es importante cuidar la alimentación siguiendo una dieta sana y equilibrada.

Entre todos estos factores mencionados se juntan todas esas sensaciones de hambre que nos asaltan en ocasiones y que no sabemos diferenciar si es gula o necesidad. Aunque no solo se debe a los factores mencionados, ya que a día de hoy son muchas las empresas del sector alimenticio que no presentan el comer como un ‘’placer’’ y no una necesidad cuando en verdad tenemos apetito.

Diferencia entre hambre emocional y real

Para distinguir bien entre hambre emocional del hambre real podemos fijarnos en las siguientes claves:

Hambre emocional

• Aparece de repente
• Suelen ser comidas en concreto, especialmente dulces o que contienen muchas grasas
• Se come sin pensar
• Es un antojo mental
• Produce al finalizar sentimiento de culpa

Hambre real

• Aparece de forma gradual
• Cualquier comida cubre la necesidad
• Sabes y eres consciente de la cantidad de comida que consumes
• Cuando te sientes lleno paras de comer
• Al finalizar sientes placer

Si consigues controlarlo lograrás mejorar tu composición corporal y te sentirás más vital, ligero y ágil. Además de esta forma prevendrás posibles enfermedades peligrosas.

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